teatro

Dentro del proyecto que este año realiza el CEIP L'Olivera de L'Eliana en el que trabajo durante este curso, además de una serie de talleres que ya os contaré sus resultados , hemos podido apreciar esta mañana un nuevo concepto de teatro para niños de infantil y primaria : El Teatro de la Luz.

En este taller, los propios alumnos han sido personajes de una obra muy especial, en la cual los protagonistas han sido la luz y las sombras.

Con una simple linterna y el movimiento que podemos realizar con nuestro cuerpo, nuestras manos, elementos clave del lenguaje corporal, podemos comunicar y expresarnos de una forma mágica.

Todos recordamos aquellas escenas de Peter Pan en las que su sombra se separa de él y vuela sola, con vida propia; muchas veces no somos conscientes de la cantidad de formas de expresión que encierra nuestro cuerpo. Por ello, en este taller, magistralmente trabajado por Teatres de la LLum con el título "L'Ombra de Peter Pan: L'ombra que balla, l'ombra viatgera", Vicent Ortolà y Mariola Ponce han pretendido, y conseguido, que, no sólo disfruten con un nuevo material plástico, sino que expresen sus pensamientos sin palabras y se conviertan en artistas por un día.

Ayer tuve el inmenso placer de hablar en persona con uno de mis actores favoritos que, desde aquel mítico Juzgado de Guardia en el que acuñó el pedete lúcido, ha hecho las delicias de todo buen amante del cine y del teatro, aunque sus primeros pasos los dió tras el telón de un escenario y de esto precisamente fue lo que ayer nos quiso contar. Más que contar, transmitir. Porque quien escucha a Juan se queda rápidamente perdido entre sus memorias y vive sus experiencias, desde que era un chaval al que la hormiguita del teatro le susurró al oído que aquel era su mundo, su realidad. Porque para Juan, como para muchos de nosotros, el Teatro, en mayúsculas, es una realidad, una verdad de la que no puedes escapar, ni quieres; es un mundo que llena el espíritu de quien ve, escucha y siente.

Podría contar aquí todo lo que Juan dijo, pues lo tengo grabado, aunque más tarde he visto que su discurso lo había colgado en Facebook. https://files.acrobat.com/a/preview/a7283880-9f70-46b9-88a6-207a20d73333

Tan magistrales palabras surgieron de él que no pude por menos que emocionarme, igual de emocionada que días antes en la opera con el último acto de La Traviata, y es que quien asistió al Club de Encuentro Manuel Broseta en el Hotel Valencia Palace pudo sentir el amor que Juan siente por el teatro.

Fue su prometida Cuchita Lluch, presidenta de la Academia de Gastronomía de la Comunidad Valenciana, quien hizo su presentación, hablando de las andanzas de Juan por esos caminos de España, y su otro amor: la gastronomía. De como Juan se convirtió en cocinero para ahorrar un dinero a sus padres. Y de la sabiduría, lo que realmente significar ser sabio en esta vida, para lo cual no se necesita haber estudiado tanto, y sí fijarse en la vida tal y como se presenta a nuestros ojos.

Juan habló de "su" teatro y de la verdad que encierra, de cómo nos enfrenta a la vida y nos muestra su razón de ser. " El teatro nos permite reflexionar sobre el beso y el incesto". Amor profundo.

Yo me quedo con las palabras con las que definió la cultura: " Cultura es todo aquello que nos permite no preguntarnos para qué sirve la cultura", y con sus últimas palabras, las que casi me hacen llorar de emoción:

" Quiero amar para ser amado. Quiero representar para ser representado"

Si juntamos música, cuentos y niños tenemos una actividad que los más pequeños de la casa sabrán agradecer.

El pasado martes 17 de febrero niños de varios centros escolares disfrutaron en el Palau de la Música de Valencia de una de esas actividades: la audición de "HISTORIAS DE UNA GALLINA".

En la sala Maestro Rodrigo se deban cita cuatro colegios en cada sesión. ¿Qué tenía de particular? Sus personajes. El cuento se desarrolla en una granja y el perro, la gata y la gallina nos enseñan lo importante que es colaborar entre todos a la hora de trabajar; los que realmente trabajan en esta historia son Serafina y sus polluelos, éstos estaban representados por niños de las escuelas asistentes, lo que hacía más divertida la escena.

La música interpretada entre varios instrumentos (piano, flauta, violín, trompa y trombón) se ajusta perfectamente al desarrollo de la historia en la que hay intercaladas varias canciones, en las cuales los niños participan.

Una mañana entretenida, divertida y que se salía de la monotonía escolar.