cafe de las horas

Publicado en 15 Octubre 2023

No soy persona de beber alcohol en cualquier ocasión, pero no negaré que me gustan inmensas variedades de licores para momentos especiales.

Este verano, ante las altas temperaturas que sufrimos en Valencia, cualquier bebida que te pueda refrescar es bienvenida. Si además lleva un punto de chispa aumenta la diversión.

Y por diversión no digo hacer locuras sin sentido, sino reunirte con amig@s y echarte unas risas hablando de la vida y de todas las aventuras absurdas o no que te puedan suceder.

Por eso Mª Jesús Crespo y yo nos hemos motivado este año a buscar aquellos bares y lugares ( como la canción de Gabinete Caligari) que nos ofrezcan un cóctel novedoso y divertido para pasar algunas tardes sin hacer daño a nadie pero pasándolo "pipa", de la manera más inocente posible.

Aunque no fue nuestro primer local de copas sí empezaré por él, por motivos personales, para que engañarse.

Llevo más de 30 años acudiendo, sola o en compañía, a uno de los cafés más originales y de ambiente acogedor que podría haber en esta ciudad.

El Café de Las Horas, situado en la zona más antigua de Valencia, es para muchos un lugar de culto, para otros un punto de reunión; para mí es paz, es un refugio, un lugar de inspiración, el rincón donde dejo escapar mis sueños.

El gerente, Marc, es un buen amigo mío; es muy agradable e instructivo tener una charla con él, ya sea sin sentido, metafísica o de cualquier tema en concreto. Las buenas compañías son escasas. Marc tiene, además, la virtud de sorprenderme con muchos de sus eventos : musicales, poéticos, artísticos o de moda.

Si quiero desconectar de la rutina o de los problemas sin duda será el primer sitio al que acudiré.

No es lo mismo tomarse un té que un cóctel, eso lo sabe cualquiera, pero en el Café de Las Horas el resultado, tomes lo que tomes, es el mismo: pasar un buen momento, de noche o de día.

Y ya sé que puede sonar a tópico, en muchos sitios os dirán que su "Agua de Valencia" es la mejor, pero en el Café tienen un ingrediente especial, único, ardiente y sabroso para confeccionar uno de los mejores cócteles valencianos. Si queréis saber su secreto tendréis que ir allí y luego me contáis que tal la experiencia. Saldréis más encantados que Alicia en el Nocumpleaños del Sombrerero Loco.

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Escrito por Mariló Navarro

Etiquetado en #cóctel, #ruta por Valencia, #Café de Las Horas, #Gastronomía

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Publicado en 19 Junio 2020

Interior del Café de las Horas

Interior del Café de las Horas

Hemos pasado  unos meses que el único contacto permitido era con aquellos con los que convivimos, salvaguardando distancia cuando salíamos a comprar y mirando de reojo que ningún desconocido se nos acercara más de la cuenta.

El ser humano, sociable por naturaleza, ha experimentado un cambio. Creimos que tras el confinamiento las personas darían lo mejor de ellas. Y nos equivocamos. Hemos podido observar como este periodo sacaba lo mejor de algunos y lo peor de otros, y éste es el problema.

Necesitamos volver a juntarnos, reunirnos con la familia y con los amigos, extremando las precauciones, eso sí, pero necesitamos volver a socializar.

La solución nos la han ofrecido en bandeja, nunca mejor dicho, porque gracias  a los bares y pubs y a sus terrazas, podemos volver a disfrutar de la agradable compañía de nuestros conocidos.

Yo me lo tomé con tiempo, tardé mucho en quedar con alguien. Aunque ya tuviéramos permiso, como niños que han cumplido su castigo, mis primeros pasos los hice sola: visita al Centro de Arte Bombas Gens, la inigualable exposición sobre Sorolla en la Fundación Bancaixa y mis eternos paseos de ida y vuelta a la Playa de Las Arenas para darme mis refrescantes baños matutinos.

En pocos días ya me sentí preparada. Mi amiga Trini quiso quedar para hacer alguna de nuestras marchas vespertinas, para rebajar esos quilitos de más que el encierro nos había provocado. El Nuevo Cauce del Turia era el lugar ideal, sin darnos cuenta lo recorrimos casi entero.

A mediados de junio mi necesidad de compañía, respetando la de mi marido, que es paciente de riesgo, aumentó. Ya teníamos claro que podíamos quedar con otras parejas para comer o cenar. Y nuestro punto de contacto no podía ser otro que el Restaurante La Tierruca de nuestro querido amigo Kike. Mi marido devora el chuletón que da gusto verlo.

Ahora ya empezamos con los tardeos y quedadas nocturnas. Una cervecita escuchando buena música en el Sofart Sounds o el Àtic Alameda, y la obligada visita al Café de Las Horas para pasar un buen rato con los eventos que maquina el original Marc Insanally. Siempre, por supuesto, rodeada de buenos amigos.

Queda mucho por hacer, mucho por visitar; quedan muchos amigos a los que abrazar  y dar algún codazo cariñoso; quedan muchas risas por compartir. Pero poco a poco. Sin precipitarnos.

Cómo seguiremos esta desecalada, nadie lo sabe a ciencia cierta. Lo que sí debemos asegurarnos es de seguir siendo nosotros mismos, de tratar de mejorar cada día, y de vivir el momento presente como el más importante.

 

EN EL MOMENTO QUE PUDIMOS QUEDAREN EL MOMENTO QUE PUDIMOS QUEDAR

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