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Cuando hablamos del Japón milenario siempre nos viene a la mente la época de los grandes señores de la época: shogunes, samuráis. Cualquier situación que se pudiera vivir en aquella época se envuelve de una atmósfera especial, llena de simbolismos, de tradiciones fuertemente arraigadas y trasmitidas durante generaciones.

 Dos historias se entremezclan, ambas envueltas en misterio, y aparentemente sin ninguna relación. Pero David B. Gil ha sabido juntar en esta novela dos caminos diferentes: Ekei, joven médico que se ve inmerso en la intriga, el crimen y el ambiente del Japón señorial; Seizo, único superviviente del clan Ikeda, con una misión que debe afrontar desde niño. Todo ello unido por uno de los símbolos más respetados en el país Nippon: el cerezo. El árbol de sakura tiene gran importancia allí, hoy en día aún se celebra con alegría su floración. En esta obra se ve representado como lo más hermoso, pero al mismo tiempo como parte de algo más profundo: el sentimiento de fuerza, de arraigo, de obediencia y respeto.

En El Guerrero a la Sombra del Cerezo el budismo Zen, la traición, la venganza, las tradiciones ancestrales, la cultura nipona y el amor, se unen para formar un bebedizo mágico que no te deja indiferente. Incluso casi pediría más, las intrigas se sienten como algo inherente a la época, casi necesario. Y no puedes evitar seguir leyendo paracomprobar cuándo la historia o las historias se relacionan, si es que lo hacen, o simplemente todo es un juego del destino que David B. Gil ha urdido para tenerte en vilo.