El Palau de Les Arts de Valencia cada año nos ofrece una gran cantidad d actividades artísticas y musicales que nadie debería perderse. Entre ellas, hay que prestar especial atención a aquellas dirigidas al público infantil, una forma divertida de enseñar el mundo de la música a los más peques de la casa.

Durante el curso escolar, los centros educativos optan a unas muy concretas; y de éstas, hace poco, el colegio donde trabajo participó en la búsqueda de un ¨criminal¨ muy buscado.

Resultó una experiencia única, divertidísima, en la que niños, niñas y profesores nos lo pasamos genial. Música, danza, canto, vestuario, maquillaje, bambalinas, y un sin fin de pistas para descubrir al malvado. Una mañana amena y        educativa, entre risas y sorpresas.

Se me ocurrió escribir esto como anécdota tras acabar una sesión de Ciencias Sociales en mi aula de 3º de primaria.

La actividad era sencilla: situar enclaves en un plano de Valencia, a saber Ayuntamiento, Catedral, Puerto, Estación de trenes, dónde vives y el colegio.

1ª Pregunta de un alumno: ¿Qué es la Catedral?

En estos momentos mi mente se nubla. Puedo entender que los no católicos no sepan lo que es una catedral, pero en mi curso la tercera parte de alumnos dan religión y pronto tomarán la comunión.

Aquí me toca hacer las aclaraciones oportunas.

2ª Pregunta: ¿Valencia tiene puerto?

Y yo debo de estar ahogándome, ya no sé si he cambiado de dimensión o me he trasladado a otro planeta. Hay momentos en que mi espíritu educativo flaquea.

Solo saben situarme el Mestalla y no reconocen ni el trazado del Antiguo Cauce del Turia.

Curiosamente muchos de ellos han estado en París, Barcelona, Roma, Madrid o Sevilla. Pero lamentablemente no han paseado por la ciudad en la que viven.

¿Qué se está haciendo mal? ¿A quién corresponde que los niños y las niñas conozcan parte del lugar donde residen, sus monumentos, sus tradiciones? ¿Por qué cada vez son menos los conocimientos que se transmiten en el seno de la familia y se delega más, esa labor, en las instituciones educativas? ¿Acaso la sociedad ha dejado de darle valor a esos conocimientos?