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Y aunque no lo parezca, la intención de la 45º edición del festival ENSEMS, es que la música llegue en confianza, estimulando nuestros sentidos mediante el sonido.

Pero no sólo el oído participa de esta sensación, porque el sonido al llegar a nosotros nos abraza y acaricia haciendo que sintamos, que experimentemos y que reproduzcamos un sentimiento, el que nos trasmite cada pieza.

Durante los últimos diez días, el Palau de Les Arts Reina Sofía, el IVAM, eL Centro Cultural La Beneficencia y el Conservatorio Superior de Valencia, junto a sus homónimos de Castellón y Alicante, han sido los escenarios en que se han desarrollado los distintos conciertos, los encuentros, talleres y el proyecto pedagógico X-ENSEMS.

Artistas de la talla de Eusebio Sempere, Chaya Czernowin, José Luis Escrivá, Mercedes Zavala o Isabel Latorre, suponen, entre otros, la inspiración y el punto de conexión para crear nuevas experiencias.

La colaboración entre centros de arte, formaciones artísticas y musicales, nos lleva a presenciar composiciones novedosas, como es el estreno de Woman at point zero, de LOD, dentro del proyecto ENOA; Klexos, con Cyborg Music; el grupo Enigma, con The fabrication of Light de Chaya Czernowin y Sombra, de Llorenç Barber; Plural Ensemble, acompañando a Yuko Kakuta; y los ganadores del Re-cre@ anterior, el joven grupo Fabrik Quartet... son algunas de las atractivas propuestas del festival.

Las músicas inusuales son producto del día a día, de la mezcla de sonidos que no llegan a transformarse en composición musical a no ser, que seamos capaces de interiorizarlas y lanzarlas como expresión de nuestra propia alma: el ruido de los vehículos, el ulular del viento, el goteo de un grifo, el rascar de un objeto contra otro, el choque agudo de dos metales... Puede ser todo esto y más parte de una obra, de una expresión que nos traslade a un lugar y momento determinado. Solo se necesita componer adecuadamente los sonidos que nos llegan y transformarlos en música.