Publicado en 4 Agosto 2019
Una historia intensa. Si hubiera tenido 24 horas seguidas para leerlo las habría apurado.
Me esperé, en cuanto recibí el libro, a tener un momento de relax en el sofá, fresquita, con un té y mi marca-páginas en la mano. Si me descuido se me pasa la hora de la cena.
Y es que la historia de Margarita Ruiz de Lihory no me enganchó, me absorbió. Desde el primer momento que leí el suceso real nombrado por el ABC del 5 de febrero de 1954 tuve la necesidad de saber más, de hundirme en la verdad o en la fantasía que rodeó a esta mujer tan maravillosa, desde mi punto de vista. A pesar del final que tuvo, me hubiera gustado ser Margarita.
"Anacronía d una Marquesa" es mucho más que una novela, mucho más la historia de una noble valenciana, mucho más que las aventuras y desventuras de una mujer nacida en una época que no le pertenecía, es el grito y la denuncia contra una sociedad anclada en el patriarcado, un mundo dominado por el sello masculino del que, an algunas situaciones, aún no nos hemos librado.
La Marquesa de Villasante fue una mujer adelantada a su tiempo, una inconformista con el papel que le tocó jugar, un referente para cualquier mujer delos siglos XX y XXI, polifacética, osada, temerosa de Dios y de los hombres, pero que no se dejó vencer por los embistes que le interpusieron, luchadora, sensual, implicada en las causas justas; pieza clave en algunos momentos históricos que se sucedían. Elena Fuentes nos relata por boca de Margarita como fueron los últimos años de la Monarquía, el establecimiento de la República, la Dictadura de Primo de Rivera, el Alzamiento Nacional; codeandose con personajes ilustres como el mismísimo Francisco Franco, Sorolla, Blasco Ibañez o Rodolfo Valentino y Concha Piquer; recorriendo el mundo desde África a Estados Unidos, pase nuestras mentes por la Batalla del Rif, el Crack del 29, la Ley Seca y la Guerra Civil Española.
La figura de Margarita Ruiz de Lihory nos recuerda que hubieron muchas mujeres silenciadas, retraídas, que no pudieron o no supieron escapar de su destino por su género; pero nos demuestra que con voluntad y tesón se consigue todo aquello que uno se proponga.